La etimología del término alfombra en el arte textil se remonta a la palabra árabe húmra; siendo documentado por primera vez en el último tercio del siglo XIV. En su forma actual, alfombra, ya aparece en la obra Guzmán de Alfarache, del escritor español Mateo Alemán (1599). En castellano también se utilizaba la palabra alcatifa, de raíz árabe evidente que el Diccionario de la Real Academia española define como "tapete o alfombra fina"; en catalán también existe la voz catifa.
También en el arte textil la forma tapiz proviene del griego tapesetas, que algún diccionario etimológico pretende que es de origen oriental (Berthold Laufer considera que la palabra tapiz tiene un supuesto origen iraní; el término neopersa actual para alfombra es farsh, perteneciente al léxico árabe). De la palabra griega surgió el término del latín tappetum (y también tapete y tapes). También existen otras formas derivadas como la italiana tappeta (el término boloñés tapeda ya aparece documentado en el año 1290, y también se conocían las formas venecianas tapéa e istria tapio), el anglosajón taeppet (de donde el actual alemán teppich). Del bizantino tapetian tenemos la forma española y portuguesa tapete (de origen culto), la francesa tapiz (en frances moderno, tapis) y la provenzal tapiz (de ahí el catalán tapit). El árabe tinfisa también deriva del bizantino tapetian, quizá a través del arameo.
El término inglés carpet proviene de un antiguo francés carpite, derivado, a su vez de un latín tardío carpita y éste de la forma verbal carpere (arrancar, rasgar), acaso por una configuración en forma de tiras o jirones. El vocablo anglosajón rug es de procedencia escandinava, del sueco rugg, islandés rógg, cuyo significado original está relacionado con el concepto de embrollado, enmarañado, como una mata de hierbas o un mechón de cabellos.
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